Europa lidera la tercera revolución industrial, según Jeremy Rifkin, y se basa en compartir, en Internet, en la energía renovable y en los nuevos modelos de transporte.

Más allá del capitalismo, hacia la economía del intercambio

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Después de "El fin del trabajo", "Economía  del hidrógeno", "El sueño europeo",

entre otros muchos libros, Jeremy Rifkin  ahora promueve una nueva revolución.

Con la economía digital reduciremos costes  y las economías crecerán rápidamente.

Le entrevistamos en un descanso de  sus reuniones en el Parlamento Europeo.

Jeremy Rifkin, ha vuelto a Europa  con una nueva profecía,

que su visión del mundo ya está en marcha  y quiere impulsarla un poco más.

Su objetivo principal es la sociedad  de coste marginal cero. ¿Qué significa eso?

Es el título de mi nuevo libro.  No debemos tenerle miedo.

Es muy fácil de entender.  Una sociedad de coste marginal cero.

Ahora tenemos 3000 millones de personas  conectadas a la red de Internet

y en cualquier momento, uno de ellos  ha sido un prosumidor,

ni comprador ni vendedor, ni propietario  ni trabajador, sino prosumidor.

Es decir, gente que ha estado produciendo  y compartiendo su propia música

con un coste marginal cero en la web,  eludiendo la industria musical.

Han estado produciendo y compartiendo  sus propios blogs, redes sociales,

con un coste marginal cero en la web,  eludiendo los periódicos.

Producen sus propios vídeos de YouTube,  eludiendo la televisión.

Esa es la dinámica actual. Recientemente  se ha reunido con líderes europeos.

Aquí, en el PE, se ha reunido con  el presidente Schulz, la nueva Comisión...

¿Qué les está pidiendo a estos líderes  europeos para acelerar el proceso?

Les digo que la austeridad, las reformas  fiscales y laborales, están muy bien,

Porque la segunda revolución industrial  del siglo XX está llegando a su fin.

Toda revolución económica implica  nuevas tecnologías de comunicación,

nuevas energías  y nuevas formas de transporte.

Venimos de una segunda revolución,  con una comunicación centralizada,

con energías viejas que se encarecen,  combustibles fósiles y energía nuclear,

y un transporte viejo con motores de  combustión interna, carreteras obsoletas.

No podemos sacarle más productividad  a eso. No podemos mover la economía.

No podemos emplear  a la generación más joven

con esta plataforma vieja  de la segunda revolución industrial.

Entonces, según usted,  ¿Internet tiene un papel crucial?

En Alemania, y como sabe he asesorado  a la canciller desde que llegó,

la energía de Alemania se compone  de un 27% de solar y eólica.

Están empezando a establecer  una internet de energía.

Están transformando su red eléctrica  en una red inteligente y digitalizada

para que millones de personas produzcan  electricidad en sus cooperativas eléctricas,

la envíen a la internet  de energía digitalizada

y compartan la electricidad  en toda Alemania y Europa.

¿Cómo podemos garantizar  la competencia?

Si dentro de 10 años toda la raza humana  está conectada a Internet,

todos podrán usar los grandes centros  de datos de estas tres internets

y producir y compartir  nuestros propios bienes y servicios

con un bajo coste marginal en el mercado

o con un coste marginal cero en esta  economía de intercambio emergente.

Compartir los coches, los pisos y hogares,  la ropa y las herramientas.

Eso ya está sucediendo  con la generación más joven.

Pero debemos abordar  algunos problemas muy importantes.

Debemos garantizar que esta Internet  de cosas que ahora emerge,

que todos vamos a utilizar,  tenga neutralidad de red

y no esté dominada por pocas empresas  o pocas industrias.

Debemos garantizar la seguridad de datos,  la privacidad personal,

la protección de contenidos creativos,  y prevenir el ciberterrorismo.

Según usted, esto será el fin  del capitalismo. -Yo no digo eso, no.

En "Sociedad de coste marginal cero"  digo que el capitalismo se transformará,

porque el sistema capitalista  está dando a luz a un bebé.

El bebé se llama economía de intercambio  sobre una base colaborativa.

Las empresas capitalistas tendrán  que aprender a vivir con este hijo,

alimentarlo, dejarle respirar y crecer,  y durante los próximos 25 años,

tendremos dos sistemas económicos  conviviendo de forma paralela.

El progenitor, el capitalismo,  y el hijo, que ya ha madurado.

Esto está sucediendo ya.  Tenemos jóvenes

con parte de su vida  en el mercado de la propiedad,

pero también tenemos jóvenes  que producen y comparten

sus vídeos y blogs propios,  su energía renovable propia,

sus productos impresos en 3D,  sus propios coches,

incluso comparten sus casas  y pisos en Airbnb.

Por tanto, con la generación digital  ya está emergiendo una economía dual.

Hace diez años escribió un libro,  "El sueño europeo",

que Europa iba a superar a EE. UU.  en crecimiento y modelo económico.

Diez años después,  tenemos esta crisis económica

y buscamos desesperadamente  soluciones para salir de ella.

Nos han engullido estas fases finales  de la segunda revolución industrial:

los precios de los combustibles  fósiles siguen subiendo

y, al mismo tiempo,  las tecnologías que utilizamos,

como los motores de combustión interna  y la electricidad centralizada,

Por tanto, lo que vemos es una  infraestructura de la revolución industrial

la comunicación y el transporte,  están obsoletos.

Por ello nos encontramos  en una posición incómoda,

en este impasse  entre dos revoluciones industriales.

Aunque Europa está liderando  la tercera revolución industrial.

La internet de la comunicación, sumada  ahora a la de la energía renovable

y a la de la logística  de transporte automatizado.

La UE está avanzando  hacia una internet de cosas,

y es ahí donde el sueño europeo  llega a la siguiente etapa de su viaje.

La UE quiere hablar  de nuevas inversiones e infraestructuras

Ahora podemos unificar todo eso.  Eso puede hacerse mañana mismo.

Con la nueva Comisión,  es una nueva era, puede hacerse.

Jeremy Rifkin, muchas gracias.  -De nada, gracias a usted.