Bristol es un centro de ideas e innovaciones y por eso ha sido nombrada Capital Verde Europea del año. ¿Podrá transformar la vida de familias y empresas para acabar con el tráfico y la polución?

Bristol se ecologiza desde las bases

https://api.multimedia.europarl.europa.eu/documents/20125/12011186/m006-0008-es.srt

No tiene sentido sermonear sobre  el cambio climático, tiene que ser divertido.

si nos lo tomamos demasiado en serio,  porque la gente no nos seguirá.

Bristol se está ecologizando  de una forma interesante e innovadora:

hay personas creativas ideando  estilos de vida diferentes,

cultivando alimentos en la ciudad,  experimentando con cosas.

Es una ciudad muy interconectada  en la que pasan muchas cosas

Y es verdaderamente única por la vitalidad  genuina de los movimientos de base.

Con todo este tráfico  y polución urbana,

puede que Bristol no parezca  precisamente una ciudad ecológica,

ni mucho menos  la Capital Verde Europea de 2015.

Pero si ahondamos en ella,  surge una historia totalmente distinta.

Por ejemplo, tenemos el proyecto  de acuaponía urbana de Alice-Marie Archer,

una piscifactoría en miniatura en la que  los residuos que producen los peces

nutren vegetales comestibles que a su vez  limpian el agua de los peces.

Hay otros dos acuarios más grandes  en la ciudad apoyados por la Capital Verde.

El trabajo medioambiental  se centra en la justicia social,

en la descarbonización medioambiental,  en el ahorro de agua

o en cosas más cercanas,  como la alimentación de las personas.

Esto es algo que podremos lograr  gracias a la Capital Verde.

La cadena alimenticia local  a la que ella contribuye continúa aquí,

con un pescadero que,  aunque quiere comprar su pescado,

se debate entre  la necesidad de ser sostenible

y la necesidad de vender a un precio  que la gente quiera pagar.

Hay demanda de pescado local.  Nos llega pescado de Chew Valley,

sin ir más lejos anoche,  y creo que lo venderemos todo hoy,

porque a la gente le gusta  que esté pescado con caña y sea local.

Esa misma noche, en una conferencia,  la eurodiputada Molly Scott Cato

se reúne con ecologistas para promover  la transición a una economía ecológica.

Necesitamos urgentemente llevar a cabo  esa transición a una economía ecológica

y necesitamos políticos  que se centren en ese objetivo

y creen los incentivos necesarios  para esa transición.

En muchos aspectos, Bristol se ha  adelantado al resto de ciudades británicas

Todo comenzó en los años 70  y ha ido evolucionando.

En materia de empleo ecológico,  se trata de relocalizar la producción.

La gente está cultivando  alimentos en la ciudad

y también se está generando electricidad  en la ciudad con paneles solares.

Creo que la clave está  en localizar las relaciones económicas.

La colaboración vecinal  es primordial en la vida de Bristol,

y todo empieza aquí, en la avenida  de comercios y establecimientos de ocio 

independientes más grande  de Reino Unido.

Es un lugar variopinto,  pero sobre todo verde,

porque muchos de los proyectos  de la Capital Verde Europea empiezan aquí.

En el centro vecinal multifuncional  conocemos a David Saunders, el pionero

que creó el primer sistema  de energía solar vecinal de Bristol.

Lo financiaron durante ocho años.  Cuando el coste básico

de generar energía en bruto  es muy bajo,

el resto de la economía  se alinea con eso.

Su ambición es que todas las casas  de la ciudad cuenten con paneles solares

gestionados desde un centro  de energía colectiva.

Si hay suficientes personas  que se agrupan en la comunidad

para crear su propia energía renovable,  eso supone un impacto

que surge de iniciativas  locales o regionales,

en lugar de una planificación central,  como en la revolución energética alemana.

Todas estas iniciativas de base  y energías renovables están muy bien,

pero no debemos olvidar  el gran problema de la ciudad:

Bristol tiene problemas de tráfico,  transporte público y polución del aire.

Su alcalde, un gran defensor  del transporte ecológico,

Cada vez que promuevo iniciativas  contra la cantidad de personas

que van en coche al trabajo,  la gente se opone a ello.

Por eso intento buscar  formas de hacerlo atractivo.

Estamos invirtiendo en infraestructura,  pero esa no es la solución.

También necesitamos  iniciativas nacionales.

Mientras tanto,  en la Universidad de Bristol,

los científicos,  en colaboración con el Gobierno local,

han creado un proyecto piloto  con un espacio urbano hiperconectado

Se espera que ofrezca  oportunidades a empresas nuevas

Vamos a poner muchos sensores  medioambientales y de salud.

Cuando se integren con esta tecnología,  monitorizaremos las emisiones de CO2

y los riesgos para la salud, y proyectaremos  los niveles de polución en un gráfico 3D

que después utilizaremos para  controlar el flujo del tráfico.

en el plan de crecimiento  de 315 000 millones de euros

del presidente de la Comisión,  Jean-Claude Juncker:

y ajustado a los verdaderos motores  de crecimiento, las pymes.

El mensaje para el Sr. Juncker:  garantice que cumpla sus objetivos.

La economía ecológica va a depender  menos de la energía y más de la gente,

se creará dinero ecológico  para financiar proyectos ecológicos.

a una economía ecológica  es algo que está por ver.

En cualquier caso,  al menos los políticos saben

que aquí hemos empezado  a hacer mucho trabajo y seguiremos con él

cuando Bristol pase el testigo  a la próxima Capital Verde Europea.