La eurodiputada Maria Arena lamenta las disparidades actuales entre los distintos Estados en cuanto a la baja parental, que suelen implicar casos de discriminación.

Con la baja parental, todos salimos ganando

https://api.multimedia.europarl.europa.eu/documents/20125/11602797/n003-0406-es.srt

En la UE, los trabajadores tienen derecho  a la baja parental

No obstante, parece que los padres  europeos no gozan de igualdad.

El motivo es sencillo: las condiciones de  acceso a esta baja dependen de los países.

Con su informe,  votado en Estrasburgo en mayo,

la eurodiputada Maria Arena le pide  a Europa que dé prioridad a este asunto.

La baja parental  lleva mucho tiempo debatiéndose.

Sin embargo, parece que nada llega a  puerto, al menos cuando comparamos

a los padres con las madres;  solo el 1% de los padres se toma la baja.

Por desgracia, esa directiva no se  implementa del mismo modo en toda la UE

y, sobre todo, no aborda  el problema de la discriminación,

tanto contra hombres como mujeres,  en relación con esta baja parental.

El problema del pago de la baja  es una de las claves para los hombres.

¿Por qué? Porque las mujeres europeas  siguen atrapadas en su papel tradicional

y los hombres asumen  su papel económico tradicional.

Esos son los escollos.  ¿Cuáles son las ventajas?

La ventaja es que  esta baja parental debe pagarse

para que exista una conciliación  equilibrada entre el trabajo y la familia,

entre hombres y mujeres, y se acabe con la  discriminación contra la mujer en el trabajo.

Si hubiera una conciliación más clara, como  la que tienen los países escandinavos,

habría menos discriminación,  más diversidad en las empresas,

y esas empresas más diversas  tendrían mejores resultados económicos.

Algunos Estados miembros  no logran implementar las directivas.

¿Por qué? ¿A qué problemas se enfrentan?

Pero también hay Estados que no ven  el pago de esta baja como una inversión,

Por ello, queremos convencer a los Estados

de que conceder la baja, sobre todo  la parental, refuerza la mano de obra,

una mano de obra cualificada y, por ello,  son las empresas las que salen ganando.

Entonces, necesitan convencerles.  ¿Cómo piensan hacerlo?

Diciéndoles que el resultado será positivo.

Pero, como usted dice, ¿lo que realmente  les convencerá será el sentido común?

No solo el sentido común.  A fin de cuentas, la baja hay que pagarla.

Por tanto, podemos sugerir las formas  de pago más beneficiosas

por ejemplo, con sistemas  de contribuciones y seguridad social,

y con protección social para los padres  que se toman esta baja parental.

Es decir, la idea es enseñarles  a los Estados más reticentes

cómo funciona esta directiva en otros  países donde sí que se ha aplicado.

La revisión de esta directiva  debe conseguir precisamente eso.

Eso en cuanto a la baja parental.  Pero hablemos de la baja de maternidad:

¿cuál es su situación actual  y qué problemas presenta?

Como sabe, con la simplificación  administrativa en Europa,

El Consejo, compuesto por los Estados.  -Exacto.

Dijeron: "No es una prioridad,  ahora debemos centrarnos en los bancos,

en reactivar la economía;  la baja de maternidad no es prioritaria".

Por eso digo que tenemos el Consejo  más machista de la historia de Europa.

¿No está de acuerdo con las prioridades?

ya que se habla mucho, primero,  de las tasas de desempleo.

Hoy en día, las mujeres salen perdiendo  en las tasas de desempleo,

una deficiencia que debe reducirse  en beneficio de la sociedad.

Parece que las desigualdades de género  implican una discriminación salarial,

además de disparidades en las pensiones:  una diferencia del 36% entre sexos.

La discriminación laboral se excusa,  principalmente, en la maternidad.

Creo que los Estados miembros  deben crear sistemas

que ayuden a las mujeres a conciliar  sus vidas laboral y familiar.

Dichos sistemas deben incluir, obviamente,  una baja de maternidad pagada.

Eso es importante,  porque si tienes un año de baja

pero no puedes permitirte estar en casa  para criar a tus hijos, la cosa se complica.

Por consiguiente, mi mensaje a los Estados  es este: deben crear leyes,

tanto europeas, cuando sea necesario, útil  y conforme a las competencias de la UE,

como nacionales, para garantizar que  la mujer participe tanto como el hombre.

Una última pregunta:  usted menciona los acuerdos marco,

las relaciones empleador-empleado, pero  ¿cuál es la situación de los autónomos?

A ese respecto, cada Estado debe  garantizar, primero, su protección social,

ya que esa competencia es de los Estados,  y después, podemos armonizarla en la UE.

De momento, falta un largo camino  para ofrecer esta garantía a los autónomos.