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Para 2035, todos los coches que se fabriquen con destino al mercado de la UE deben producir cero emisiones. Este es el objetivo que persigue el Parlamento con las nuevas normas sobre emisiones de CO2 para coches y furgonetas como parte del paquete de medidas «Objetivo 55». Se permitirá que los coches más antiguos (entre ellos, los de diésel) sigan circulando hasta el final de su vida útil, pero la inversión en los vehículos del futuro empieza ya. Los eurodiputados quieren que los fabricantes de coches empiecen a desarrollar furgonetas y coches eléctricos asequibles, de modo que se satisfaga la demanda del mercado en 2035 y se alcancen los objetivos climáticos de la UE para 2050.